jueves, 20 de junio de 2013

Quesos y Vinos de Francia (2do Round)

Un par de meses atrás escribí sobre los quesos que probé en París. Te recomiendo que comiences leyendo la crónica láctea anterior y después sigas con ésta, tiene además una introducción más interesante...

En este segundo round te quiero contar sobre los vinos franceses. Comencemos por aclarar que no soy sommelier, ni nada que se le asemeje. Que haya tenido un par de clases sobre vinos en la carrera gastronómica no me habilitan para hablar con propiedad. Que haya tomado, quizás, 500 diferentes vinos, tampoco me habilita para hablar con propiedad. 

Igualmente, acá no estoy para hablar con propiedad; más bien estoy para hablar de lo que viví, de lo que me gustó y qué es lo que pueden encontrarse al viajar a Francia y querer tomar vinos en París.

París, como Buenos Aires, no es más que una capital comercial donde vas a encontrar todos los vinos que se venden (en mayor medida) para el público consumidor. Si tu idea es recorrer bodegas, estás en el lugar menos indicado. Más al sur de París tenés todas las regiones importantes productoras de vino.

Regiones. Esa palabra es fundamental a la hora de hablar de vinos en París. En Argentina, al tener a Mendoza con sus características tan notorias a la hora de elaborar vino, no se le presta tanto atención a la región, sino que se le presta más a la cepa. En Argentina se consume, por ejemplo Malbec, Cabernet, Torrontés. Sólo para los más especializados se consume Malbec de Cuyo o Malbec de N.O.A., y ni hablar de los pocos que gustan del Malbec de La Rioja o de Cafayate

Quizás lo más parecido al vino francés, en Mendoza, son las pequeñas subregiones que producen vino. Esto no lo digo por las características de la uva, sino porque Mendoza sí se divide en regiones con marcadas características entre sí.

En Francia rara vez encontrás las cepas en la etiqueta, pocas veces están todas la cepas en la contra-etiqueta. De hecho sólo encontré una botella que tenía porcentajes de cada cepa. No se estila, ni tampoco les interesa, probar más o menos cantidad de Cabernet Sauvingon. Les interesa saber dónde se elaboró ese vino.

La idea no es ponerme a hablar sobre las regiones vitivinícolas de Francia porque, la verdad, no tengo la más puta idea.

O sí...

¡Qué se yo! ¡Es que se te mezclan mucho las regiones y subregiones!

Te dicen que este vino es un Médoc y también es de Bordeaux, porque Médoc queda en Burdéos. O sea, ya te la complican con eso. Si un vino te dice que es Graves, te habla que también viene de Bourdeaux pero de alguna de las ciudades de Sauternes, Pessac, Talence, Léognan, Martillac, Saint-Morillon, y Portets. Un problemón saber bien de donde viene cada vino.

Si nos ponemos a hilar fino, por ejemplo, los Graves y los Médoc deberían ser relativamente parecidos por venir del lado izquierdo del río Gironda. Pero tampoco ésto es 100% significativo. En todo caso se sabe que suelen tener una concentración de sabor y taninos mucho más elevada que los vinos elaborados en el resto de la región. Por eso se pueden conservar mejor durante su guarda.

A nosotros, como consumidores, salvo que seamos grandes conocedores del vino, no nos va a interesar tanto esto, salvo por alguna que otra recomendación particular sobre un vino. El sommelier amará reconocer regiones y características que muestra cada terruño. Es simple, si cambia el sabor de la carne de pollo porque come alimento balanceado o maíz, ¿por qué no puede cambiar el sabor del vino de forma significativa de un suelo a otro?

A mi lo que me interesó de probar vinos franceses fue comprar diferentes. Para eso, y por falta de tiempo y un hígado que aguante, decidimos comprar botellas chicas de vinos así podíamos abrir de a dos por cada cena. 

Para eso París es ideal: Tenés muchos negocios que venden todo tipo de quesos y tenés varias vinotecas donde vas a poder consumir un vino de 375cc por el valor de €3,5 a €10. Incluso hay muchas botellas de vinos franceses de 3/4 litro por debajo de los €15 que son un golazo.

El tema es: ¿qué es un golazo en un vino Francés?

He aquí el dilema. ¿Estamos realmente abiertos a probar cosas nuevas y sabores y aromas completamente diferentes a lo que uno se acostumbró a tomar en el nuevo mundo, como ser Latinoamérica?

Hace poco probamos varios vinos franceses en la cena que organizó mi amigo Matías, y para sorpresa, en el medio se abrió un Montchenot 1998 de la mano de Emiliano Grand Cuveé, vino de Bodegas Lopez de alrededor de $100 (mango más, mango menos) elaborado con un reposo en toneles (no barricas) de roble durante más de 10 años.

La sorpresa fue que, en mi caso, para mi paladar mediocre y básico, el vino parecía elaborado con las características de los vinos del viejo mundo, como los franceses.

Los vinos franceses tienen notas de cata diferentes. Despliegan sabores y aromas muy distintos, incluso agresivos, para quienes estamos acostumbrados a Luján de Cuyo o Cafayate. Así como un queso francés puede tener sabor lácteo cuando tiene aroma a pié de atleta o sótano cerrado, el vino puede tener aromas a humedad, ropa con hongos, madera vieja, y no por eso el vino tiene un defecto.

En todo caso tenemos que estar atentos a que, si queremos probar vinos franceses, vamos a tener que estar dispuestos a conocer aromas y sabores diferentes, que mismo no condicen entre sí. Quizás "la nariz" del vino te exprese algo, y "la boca" diga otra cosa completamente diferente. Hay que estar atento, abrir los sentidos y dejarse llevar por el momento. 



Lo diferente no es malo, a veces sólo es desconocido.



Acá les dejo unas breves descripciones de los vinos que probé en París este 2013:

Château Latour Camblanes Cotês de Bordeaux 2007, excelente aroma a sótano en días de lluvia, boca simple y básica, con sabor a fruta madura suave. Un vino para tomar todos los días.

Château Patache d'Aux Médoc 2008, monstruoso vino por 7€ la botella chica, frutas y madera con esa sensación a manteca. Lo amé. Algo para comprar y tomar por años.

Château Roquetaillade Le Berner Graves 2009, un vino intenso, rico, pero que se parecía más a un vino argentino que a un vino francés.

Bourgogne Hautes-Côtes de Beaune, Pinot Noir precio bajo, excelente representante de la uva. Poco alcohol, muy francés. Se tomó como agua.

Château du Bois de La Garde Côtes du Rhône 2009, el más rico de todos, un vino que de entrada es un toque hongoso pero se abre y despliega todas las uvas que tiene. Cuesta poco, vale mucho.

Château Guillebot Plaisance Bordeaux 2010, vino que compré allá para compartir con mis amigos en una cena la a vuelta de las vacaciones y resultó ser armoniosamente sensual, con una complejidad que hacía rato no probaba. Hermoso, suave, complejo, con mil notas de cata diferentes. Sólo costó €13.



Este Médoc hacía un año que estaba medio muerto, pero por suerte murió con dignidad. Nada para recomendar, aunque no conozco como estarán las nuevas añadas.

Este Côtes du Rhône era un vino más del montón que se dejó tomar pero ni valía la pena recomendar.



 
El Guerrillero Culinario

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la info! se conseguirán en los súper de Paris o habrá que ir a una vinería??
María

Unknown dijo...

Es mejor ir a las vinotecas. Hay en todos lados.