domingo, 30 de noviembre de 2014

(Internacional) Comer en Nápoles y el debate por la pizza

A Nápoles no vuelvo nunca más, dije, enojado, cada día por la noche, de los seis que pasé en la ciudad. Esa mezcla de enojo con tristeza, por saber que en el fondo tengo pasaporte italiano porque mis parientes son de ahí. No son de Genova, ni de Roma, ni de Sicilia. Son napolitanos. Y me da bronca. Y tristeza.

La ciudad no me gustó, la forma de ser de la gente me generó rechazo constantemente. Quizás porque uno se va de Argentina a un destino europeo esperando que no sea igual a las peores zonas de Buenos Aires. Porque Nápoles es la mezcla exacta de la parte no turística de La Boca con el gentío descontrolado del barrio de El Once, la semana previa a Navidad.

Pero constantemente tenía que pensar en algo bueno. Y lo bueno es la comida.

La comida te cura. Comer rico te hace feliz. Y mientras caminábamos por las calles sucias esquivando a la muerte siempre de la mano de motoqueros suicidas, te cruzabas con puestos como Di Matteo o Dal Presidente, donde te vendían una pizza individual (del tamaño de una de 6 porciones porteña) por 1 euro.

Sí, señora. Sí, caballero. Un euro. Uno y sólo uno. Multiplíquelo por lo que quiera mi querido lector. Un euro no es nada, ni allá, ni acá, ni en la Cuba Comunista. Una pizza por 1€ es algo irrisorio.

Sin embargo, la idea no era comer barato, sino hacerlo variado, y conocer todas las pizzerías que tanto alababa la gente. Así que emprendimos la dura tarea de recorrer boliches llenos de gente, y probamos pizza hasta cansarnos, y de ahí vienen las siguientes conclusiones.

Decálogo Guerrillero de la Pizza

Primero: La mejor pizza es Napolitana.

Soy creyente de que uno no hace lo mejor, sino un conjunto. Un Messi no te gana el mundial, sino el equipo. Y no me sirve de nada tener el mejor restaurante japonés del mundo en Estados Unidos, si vas a Japón y comés excelente en la mayoría. Lo mismo pasa con la pizza. Recorrimos varios lugares y notamos que, hasta en el lugar más perdido y cualunque de la ciudad, se come una pizza magnífica. Sin dudas ahí se come la mejor pizza del mundo, en esa ciudad.

Segundo: La pizza napolitana es la más barata de Italia

Si bien en algunos lugares la pizza valía más o menos parecido, en Nápoles te podés pedir una grande por 4€, 4,5€ o a lo sumo 5€. Algo casi imposible para otros destinos, y ni hablar del norte de Italia, donde cualquier pizza cuesta de 6 o 7€ para arriba.

Tercero: Nápoles no es sólo pizza

Acá hago una aclaración, en Nápoles también se come muy bien otra cosa que no sea pizza... pero ojo... eso si vas varios días y tenés tiempo para comer diferentes cosas. Nosotros fuimos 6 días y teníamos la posibilidad de probar tanto la pizza como otras comidas, pero si vas uno o dos días, te recomiendo que sólo vayas a comer pizza... así como te recomiendo que en Palermo comas sólo pescado o comida callejera, o en Roma comas sólo cacio e pepe, alcauciles fritos, o en Torino comas carne de caballo, o en Verona tomes vino... Nápoles ofrece una gastronomía muy buena a muy buen precio, pero no deja de tener lo mejor que es la pizza.

Cuarto: Elegir una "mejor pizzería" de Nápoles es un grave error

Probé la pizza de Di Matteo, la de Dal Presidente, la de Da Michele, la de Trianón, la de un par de sucuchos desconocidos, y puedo decir que sería una falta de respeto elegir a una como la mejor pizzería. En una cata a ciegas creo casi imposible que alguien reconozca una margherita de otra. Si tengo que puntuarlas, TODAS son PERFECTAS. Y no creo que alguien tenga un fundamento más que un interés personal y subjetivo por por valorar a una sobre la otra. Porque son todas iguales.

Hecho mi descargo ahora les comparto los lugares de la ciudad a los que recomiendo ir, con lo bueno, lo malo y qué me parece fundamental pedir:



¿Qué comer en Nápoles?

Babá: un postre que se vende en las pastelerías, mezcla de bizcochuelo con ron y, depende de cada lugar, a veces Nutella, Crema o Ricotta. Cuesta entre 1€ y 1,50€ simple o 2,5€ con Nutella. Es adictivo, y aunque parece gigante se come como nada. 

Donde: Pasticceria S. Capparelli, Via dei Tribunali 325 (en pleno centro histórico)





Sfogliatella: un hojaldre con forma triangular que se rellena con una ricotta doble crema muy suave, suele tener ralladura o pedacitos de naranja (o a veces limón), aunque otros van con pastelera, nutella o simplemente crema batida. Si el desayuno de tu hotel no es muy bueno, encontrá una panadería que tenga cerca, y comete uno con un café. Más pesado que el Babá, pero más chico también.
 
Donde: Antico Forno delle Sfogliatelle Calde Fratelli Attanasio, Vico Ferrovia 1 (a dos cuadras y media de la estación central de trenes)


 Comida de Bodegón: desconozco la oferta gastronómica napolitana de alta gama, por lo que voy a recomendar comer en bodegones, porque la verdad es que se come bien, más cuando venís repitiendo pizza como menú todo el tiempo. Tanto pescado como pastas van a ser el fuerte, aunque un churrasco no está nada mal.

Donde: La Taverna Del Buongustaio, Via Basilio Puoti, 8 (en pleno centro, a una cuadra de la Vía Toledo, la única calle que se puede recorrer sin miedo a que te roben)



Pizza y algo más: Viste cuando tenés uno de esos días en que caminaste por horas para recorrer una isla (Ischia), estás agotado, cansado, y llegás con hambre y ganas de comer rápido. Bueno, un día así dije "vayamos a Da Nenella que me lo recomendaron varios". Y fuimos. Y al llegar y ver más de 60 personas esperando para entrar mi cara se convirtió. Drácula si me miraba en ese momento se hacía pis como un cachorrito. Si hay algo que más odio es esperar para comer. Así que, con mi calentura y cansancio pronuncié las palabras "volvamos al hotel, ya fue, estoy cansado". Hicimos una cuadra y la Guerrillera ve un lugar, me dice "a ver... mirá este" y señala una pizzería en equina que parecía sacada de una foto de los años 70's, sin cambio de pintura desde esa década. Estaba cansado y no iba a esperar una hora para comer. Listo, vayamos ahí. Entramos y nos atendió un viejo muy simpático que me hizo un gesto de "no vayan al salón de atrás" pero como soy medio tarambana no me di cuenta y enfilé al fondo. Atrás resulta que habían dos familias con dos nenes de los cuales uno lo habían sacado de instituto de máxima seguridad, porque literalmente estaba destruyendo el boliche. Era tarde, con mucha hambre, y al menos teníamos un tema de conversación: "la falta de educación en un padre que tuvo un hijo porque ya tenía perro, gato y canario y el faltaba uno para completar el combo". Entre todo eso viene el hombre y nos dice que ya no era hora para pasta (?) así que pidamos pizza, pero nos invitó a probar unas verduras. Igual nos las cobró, pero me encanta que me "inviten" a que pruebe algo, porque si el tipo quiere que comas algo es porque está bueno. A todo esto les aclaro que tuvimos la suerte de que nos respeten porque, mal que mal, el dialécto del napolitano lo entiendo bastante bien, entonces les hablaba como un par, así que no me tomaban como un turista cualquiera. La cosa es que nos trajo un antipasto de verduras magnífico, al punto que lo comimos así rápido como quien está perdido en el desierto y se encuentra con un oasis de agua. Y después vino la pizza, que tranquilamente puede ser la mejor pizza de Nápoles, porque es tan buena como las demás. Para cuando vino la cuenta y leí 21€ (3 platitos de verduras, dos pizzas, una cerveza grande y una gaseosa) me di cuenta de que, encima de rico, era baratísimo. No sé como será Da Nenella, pero lo mejor de haber ido a buscar este restaurante fue terminar comiendo en Prigiobbo.


La pizza que recomiendan todos: Todo el mundo me recomendó comer pizza en Da Michele. No están equivocados en que es una excelente pizza, y lo interesante es que está llena todo el día, y siguen manteniendo un precio bajo, algo que en Argentina no se ve, porque cuando alguien la pega con algo, tira el precio a las nubes. La cosa es que la pizza de Da Michele es excelente, y si te toca estar frente al horno, podés cronometrar como cocinan una pizza en, exactamente, 45 segundos. Estimaba un horno en el torno de los 400ºC, mínimo. La contra es que, por más rápido que saquen la pizza, tienen a un flaco estirando pizza y a otro horneando, lo que se traduce a 30 o 40 minutos de espera. Sin embargo es una pizza que vale la pena conocer.

Donde: L' Antica Pizzeria da Michele, Via Cesare Sersale, 1 (relativamente cerca de la estación central)

La pizza al paso: Amé que exista una pizza individual al paso a 1€, casi como los precios cuidados de Nápoles. Está bueno porque arrancábamos recorriendo la ciudad después de un desayuno mediocre en un hotel peor que el desayuno mismo y me daban ganas de sumar energías, así que no faltaba la oportunidad en que me comía una pizza a las 10am mientras mirábamos artículos navideños. La pizza te la ponen sobre una hoja de papel gruesa y la pliegan dos veces formando un cono triangular. Se come caminando sin problemas y es el tamaño justo para no estar pesado.


La pizza rápida: La primera vez que fuimos a Trianón fue a causa de tener media hora de demora en la calle para entrar a Da Michele. Ya saben, no me gusta esperar. Y Trianón estaba en frente. La tenía anotada en mi machete de restaurantes para conocer así que nos cruzamos. Dije "primera vez" porque nos gustó y volvimos. El hecho es que, teniendo un salón chico abajo y uno grande arriba, los tipos sacan pizza a lo loco, rápido, y con una gran oferta de sabores. La de hongos es genial pero te deja de cama. La margarita es magnífica. La que trae huevo le da un toque especial que recomiendo probar. La única contra es que está un 15 o 20% por encima del precio standard porque te incluyen el servicio en la cuenta, algo que al final no te molesta por la buena atención.

Donde: Trianon, via Colletta 44 (frente a Da Michele)



El Guerrillero Culinario


https://instagram.com/guerrilleroculinario/https://twitter.com/LaGuerrillaFoodhttps://www.facebook.com/GuerrilleroCulinariohttps://www.youtube.com/c/GuerrilleroCulinarioOK





No hay comentarios: